Lugares Zenderos ,

“Secuestrado” por una familia hindú.


El sueño de ser actor

Tiempo de lectura: 8 minutos

Para entender el contexto, primero debo explicar ¿cómo es que llegue a quedarme tres noches y dos días con una familia en un barrio popular de Jaipur? yo soy miembro de una comunidad de viajeros donde aceptas dar y recibir hospedaje a otras personas por el simple gusto de hacerlo, llamada couchsurfing, y a lo largo de quince años, la he usado para hospedar y que me hospeden personas cuyo fin no es solo la de conseguir lugares gratis donde dormir, sino hacer amigos y tener un mejor acercamiento a la cultura y sociedad que visitas, así que tenía que probarlo en India, ya había leído algunas experiencias donde no recomendaban hacerlo a mujeres y mucho menos solas, dos semanas antes de partir a India empecé a enviar solicitudes a perfiles que cumplían con los requisitos para ser seguros, solo uno me contestó en la ciudad de Jaipur, un chico de 23 años que vivía con sus padres, son raros los perfiles de mujeres hindú de Couchsurfing en India. La página tiene una opción de hacer público tu viaje y que los demás miembros puedan ver qué días vas a visitar su ciudad, para que puedan contactarte e invitarte, ya sea para quedarte o a salir a dar la vuelta. Yo lo publique y recibí unas 20-30 invitaciones a quedarme en sus casa, la mayoría eran perfiles que no cumplían los requisitos mínimos que indicaran que era un miembro que entendían y respetaba la filosofía de couchsurfing. En Nueva Delhi, Estéfano me había advertido que los couchsurfers en India podían ser bastante asfixiantes y pesados.

Algunos días antes de irme de Delhi, el chico que me iba a hospedar en Jaipur me cancelo la estancia, así que me puse a revisar las invitaciones que había recibido y que seguía recibiendo, muchos no tenían ninguna referencia, algunos si era muy claro que el hospedaje era más bien un paquete turístico y otros se leían francamente desesperados por qué un extranjero se quedará en su casa, pero hubo un mensaje que me llamo bastante la atención, era la invitación de un músico a ser parte de una filmación de una cinta de Bollywood como extra, yo ya había leído que eso ocurría. A las productoras hindús les gusta meter personas con rasgos extranjeros a sus cintas, para hacerlas más “internacionales”, el perfil cumplía con las características de ser confiable, unas 15 referencias, todas muy positivas, dónde describían una estancia llena de música y una familia muy amable, la propuesta parecía auténtica, así que acepte su invitación, emocionado de que iba a participar en una película de Bollywood e incluso me iban a pagar, reprograme mi estancia en Agra de iba a ser de tres noches a solo una, visitaría solamente el Taj Mahal y en la tarde saldría rumbo a Jaipur para el evento de Bollywood, sin embargo en el fondo mi instinto me decía que allí había algo extraño, no peligroso, pero extraño, era demasiado bello para ser cierto, pero por otro lado, si me hubiera guiado por mí sentido de desconfianza mexicano, no hubiera hecho tanto, ni conocido tanta gente amable que me ayudó en el camino.


Sin dinero en Jaipur y mi primer viaje en tren.

El tren que tome de Agra a Jaipur me costó unas $550 rupias un viaje de cinco horas, era asiento de primera clase, pude cargar mi celular y recibir todo el tiempo comida, postres, café, té, que me sirvieron para calmarme y reponerme después de la frenética odisea que tuve que pasar para tomar ese tren.

En el viaje se sentó frente a mí un ingeniero con quien entable amistad y le platique la aventura que acababa de pasar y la invitación que había recibido para una película en Bollywood, no se mostró muy confiado y me pidió que tuviera cuidado, eso me hizo replantear nuevamente si debía quedarme con el couch. Una hora antes de llegar a Jaipur recibí un mensaje de Arshwad, el músico que me iba a hospedar diciendo que seguía en su restaurante y que su cuñado me iba a recibir en su casa, porque se le habían presentado algunos inconvenientes y no me iba a poder hospedar en la suya, me mandó el nombre y teléfono, eso me dio mala espina eh inmediatamente me puse a investigar en Google quién era, lo que encontré concordaba con lo que sabía, era otro músico que tenía una tienda de instrumentos en Jaipur, mi compañero de viaje me confirmó que la tienda existía y era un buen lugar, así que opte finalmente por quedarme con ellos, aunque al bajarnos al chico que había conocido le pedí su número y nombre, por si en caso de emergencia pudiera necesitar ayuda, con gusto me dejó sus datos y nos despedimos

Llegue a Jaipur poco antes de las diez de la noche y al salir inmediatamente fui acosado por los taxistas, sin embargo yo no tenía nada de efectivo, fui a los cajeros que estaban afuera de la estación y ninguno funcionaba con mis tarjetas. Sarafat el cuñado que me iba a recibir me había mandado su ubicación y me había indicado que el costo de un taxi era entre 80 y 100 rupias, la primer negociación no me bajo de 150, pero después se me acercó un chico a ofrecerme taxi y el primer precio que me dio fue de 120 rupias, ya no negocie con él, acepte su oferta, pero seguía con el problema de conseguir dinero, le comente al chico mi situación y se ofreció llevarme a un cajero del otro lado del estacionamiento, accedí con bastante precaución, caminé por el paradero detrás de él, más alerta que nunca, que aunque no estaba solo el lugar, había pequeños espacios vacíos, me llevo al cajero y nuevamente no funcionó, la única opción era mandarle un mensaje a Sarafat, explicarle mi situación y pedirle que si podía pagar el taxi cuando llegará a su casa, me contestó que sí, que no había problema y que le mandara la placas o registro del taxi en el que me iba a subir. Caminé con este chico a su rickshaw, me subí y de pronto otro chico llego y se sentaron ambos como choferes, eso me generó cierta desconfianza (instinto latino), así que inmediatamente les pedí su registro porque Sarafat me lo estaba pidiendo, algo muy curioso que pasa en India, es que por lo general, la gente evita a todos costa meterse en problemas con la policía, y más si la acusación viene de un extranjero, un consejo que me dieron es que si un indio se pone muy pesado, uno debe  amenazar con ir a la policía y es casi seguro que eso los ahuyentará.

Inmediatamente el chico me dio su licencia y yo le tome una foto para mandársela a Sarafat, resultó que los chicos eran hermanos y a veces trabajaban juntos, le intenté devolver su licencia y me pidió que me la quedará hasta que llegaríamos a mi destino, eso me dio cierta confianza, aunado a que según ellos conocían a Sarafat y que era su amigo, que si yo era amigo de Sarafat, también era amigo de ellos, me dijeron también que Sarafat era una persona adinerada, todo indicaba que anfitrión era alguien respetable en su comunidad y de una buena posición, cosa que me tranquilizó un poco.

A medio camino los chicos se detuvieron en un cajero ubicado en una calle vacía, para que yo pudiera sacar dinero, mi instinto me decía que eso no era buena idea, pero ellos insistieron, incluso me pidieron que si desconfiaba me bajara con todo y maleta, que confiara en ellos, que allí no era Nueva Delhi. Me baje con todo y maleta pero el cajero no funcionó, continuamos el viaje y a pesar de que les mostré la ubicación en el Google maps, no se lograban orientar, yo tuve que guiarlos, y en el camino de pronto apareció un elefante llevando a una persona con el, yo estaba entre maravillado y estresado por la situación que estaba viviendo, era el primer elefante que veía en India.

Una costumbre que tienen los hindúes es que si tú les preguntas algo y les señalas tu teléfono, estos te lo arrebatan para ver mejor, y se lo pasan entre todos para ver si alguien logra entender, mientras tú ruegas que ninguno de ellos salgan corriendo con él, no conocen el término espacio personal, incluso sin pena y de una manera cínica pueden ponerse a husmear a tu lado lo que haces en tu celular, son como niños.

A estas alturas ya se habían ganado mi confianza estos chicos, si hubieran querido hacerme algo, lo hubieran hecho desde antes, me pidió mi teléfono para ver bien el nombre y la dirección y se paró a preguntar por Sarafat , uno lo conocía y le marco, mientras tanto yo con un nudo en la garganta al ver como mi celular, pasaba por las manos de estos desconocidos.

Finalmente Sarafat llegó les pago y los despidió, ellos intentaron obtener mi número, pero Sarafat los ahuyento, el ya tenía planes para mí, me subí a su moto y me metió en unos callejones algo siniestros para finalmente llegar a su casa.

Para nuestros estándares no eran personas ricas, más bien clase media baja, tirándole a baja, pero para los estándares de los chicos que me llevaron, ellos eran ricos, casa de cemento con varios cuartos, agua corriente, calentador eléctrico, lavadora, televisión por cable, un lujo de rico para cientos de millones de hindús, la casa olía un poco raro, allí vivían los padres de Sarafat, sus hijos, esposa, un hermano con discapacidad y otro hermano con su esposa, me ofrecieron quedarme en la habitación principal la cual iba a compartir con el, que era la más lujosa o una habitación privada en el segundo piso del hijo mayor, me arriesgue a la habitación privada, y que bueno que lo hice, porque si no al segundo día hubiera colapsado por la falta de privacidad, la habitación tenía una cama de tablas con algunas colchonetas duras encima que hacían la función de colchón, tenía unos periquitos australianos de compañeros de cuarto y un ratoncito muy mono que a medida que pasaban los días, se volvía más audaz y cínico, cuando me dejaron solo en mi habitación finalmente pude hacer una valoración de mi situación, una parte quería salir corriendo de allí, pero no tenía muchas opciones más que confiar en ellos, quitarme mis prejuicios y tratar de disfrutar lo más que pudiera está experiencia, dependía de ellos para conseguir retirar efectivo, no tenía ni una rupia en el bolsillo.


Adaptándome a una familia hindú

No dormí muy bien esa noche y no por el lugar, sino porque debido al jet lag, solo lograba conciliar el sueño unas tres cuatro horas como máximo, le  mencioné a Sarafat que me iba a levantar como a las ocho de la mañana y a las ocho en punto ya estaba entrando en mi habitación, llevándome un Chai y unas galletas, ya de día pude ver mejor la casa y no estaba tan mal como creía, tenía dos plantas y en la azotea una pequeña terraza, aquí los niños acostumbran todo el tiempo estar en sus azoteas volando cometas, dándole de fondo al paisaje urbano un aire muy lindo con decenas de cometas volando alrededor, otro detalle que al principio no entendí bien su uso, era que entre los pisos había un hueco cubierto con un enrejado, que hacía función de tragaluz, pero también servía para que pudieran gritarse entre un piso y otro los miembros de la familia.

La abuela cocinando.

Sarafat le hablo a un chófer de su confianza para que nos llevará a buscar algún banco que aceptara mi tarjeta, recorrimos unos 10 sin éxito alguno, hasta que dentro de uno de ellos me recomendaron ir a un HSBC, Y solo había uno en toda la ciudad y ha sido el único banco que para entrar un policía me tuvo que revisar con un detector de metales portátil, bastante elegante aquí  los HSBC comparado con el resto de bancos, fue allí donde finalmente pude sacar dinero, resuelto el problema, Sarafat aprovecho para recoger unos instrumentos e irlos a dejar a una bodega, al final yo pagué el rickshaw que fueron unas $300 rupias, unos $90 pesos por traerlo de arriba para abajo unas tres horas , era un buen precio por el viaje el cual aprovecho Sarafat para hacer también sus cosas.

Regresamos a comer a la casa y me tocó ver cómo preparaba la comida la abuela, una comida sencilla, que consistía en curry, arroz, un poco de pescado con una salsa parecida al mole pero con un sabor más indio, la casa no tenía un comedor como tal; Así que comíamos en la habitación principal, los hombres sobre la cama y las mujeres en el suelo 🙄, fue un poco incómodo para mí estar en esa situación, pero bueno, así es la costumbre, y tampoco el espacio ayudaba mucho, en India a las mujeres no se les da mano si están casadas, error que cometí al llegar a la casa y darle la mano a la abuela, mucho menos darles beso en la mejilla.

Ya en la tarde regreso el taxi y nos llevó al palacio de la ciudad, muy bonito pero algo pequeño el recorrido y el boleto bastante caro, unos $500 rupias, yo por mi cuenta hubiera preferido caminar por la zona, pero estaba atenido a dónde me llevara mi anfitrión, el cual se quedó afuera a esperar a que recorriera el palacio, existía un recorrido VIP que te permitía entrar a zonas donde vivía la familia real, pero tenía un costo de $2500 rupias, algo que se salía del presupuesto, así que quedaba descartado.

La ciudad de Jaipur como gran parte de la india, está llena de palomas, nunca había visto tal cantidad de ellas en vida, aquí la gente de todas las castas, compra kilos de maíz y se los deja por todos lados, es por eso que existe una sobrepoblación de las mismas, por una parte se ve bello, por otra es una plaga.

Jal Mahal – Jaipur

Después fuimos al palacio del lago, una construcción abandonada en medio de un lago, que se ve muy lindo al atardecer, allí vi mi primer camello 🐫 😁. Y me pidieron mi primer foto, a la gente en india le encanta tomarse fotos con los extranjeros, saludarlos, platicar con ellos, para los viajeros es una peculiar forma de experimentar lo que sienten los famosos en nuestros países cuando van por la calle, con todo lo bueno y lo malo que esto conlleva, ya que a veces el acoso, puede llegar a ser un poco incómodo, en especial para las mujeres que entre más rubia seas es peor.

Nuestro chófer, era un hombre serio, pero amable, cuyo semblante y modos indicaban que había tenido una vida difícil, de los pocos choferes que me tope en India que sabía dónde y cómo llegar a los lugares que se le indicaban y que nos llevó a probar uno de los mejores chais que probé en la India.

Sarafat, El Chofer y yo

Sarafat me ofreció ir a un mercado para que pudiera comprar fruta, fue una experiencia interesante y bastante ruidosa, ya estaba obscureciendo y el lugar bullía de actividad,  prácticamente TODOS los vendedores ofrecían a todo pulmón sus productos, afortunadamente la visita fue rápida, compre fruta y también termine comprando verduras para la comida que iba a preparar la abuela, cantidad suficiente para la despensa de la semana de toda la familia, sin embargo fue algo muy barato , en total fueron unas $300 rupias, unos $90 pesos mexicanos, ni soñando en México compras la verdura de toda una semana por ese precio.

Yo a estas alturas ya había tomado la decisión de quedarme solo esa noche y la siguiente, para moverme a algún hostal, hasta ahora la experiencia no había sido mala, pero  me sentía totalmente atrapado a la dinámica familiar y estar constantemente vigilado por Sarafat era agotador, también estaba gastando más de lo que yo hubiera gastos por mi cuenta, necesitaba encontrar la excusa para moverme, pero no podía decirles que me movía a un hotel en la misma ciudad, no lo hubieran entendido e incluso podían sentirse ofendidos.


¡No puedo mas! Necesito un masaje

Cada día lograba dormir un poco más, pero no lo suficiente para  descansar por completo, está ves si fui más claro con Sarafat de que me iba levantar más tarde, sin embargo no descanse lo suficiente. El ritmo de India puede ser abrumador, por ejemplo en México en mi vida diaria, sí acaso me llegaban a pasar cosas curiosas o relevantes una o dos veces al día es mucho, acá en India cada hora me ocurría algo,  claro está uno de viaje y más atento al aquí y él ahora más que en mi la rutina diaria, sin embargo este país te obliga más a estar en el presente, uno no puede andar en la calle pensando en la inmortalidad del cangrejo, porque fácilmente puede uno ser atropellado por un carro, camión, rickshaw, moto, bicicleta, vaca, elefante, camello, y lo que se le acumule.

Después de desayunar, le avisé a Sarafat que me iba al siguiente día, con la excusa de que un amigo había llegado a una ciudad turística cercana y lo iba a ver allí, y fue a partir de ese momento en que note un ligero cambio en su actitud, me dio la impresión que le urgía más sacarme todo el provecho  posible, primero me pidió que si podía darle consulta a su madre porque le dolían las rodillas, para empezar no traía material y equipo para darle una terapia, dos estaba  agotado, tres no me iba  a pagar, solo la revise y le di consejos sobre qué hacer y tomar para su artrosis de rodilla.
Después me subió a su bodega para mostrarme algunos instrumentos que vendía y allí finalmente entendí cuál fue era objetivo principal de haberme hospedado, y era ayudarle a promocionar la venta  de sus instrumentos típicos con mis amigos occidentales, que para ser verdad, ya con envío el precio era atractivo, así que si alguien quiere comprar una citara u algún instrumento típico de aquí, le puedo pasar el contacto =P.

El plan hoy era ir a el fuerte Amber  en el taxi, pero antes Sarafat me llevo a conocer a  Irshad el couchsurfers que originalmente había contactado, el sí tenía más pinta de ser couchsurfers y allí me dijo que la grabación se había retrasado, que no iba a ser posible participar en ella hasta la siguiente semana, yo ya lo sospechaba desde que me mandó con su cuñado a hospedarme, lo de Bollywood había sido el gancho para quedarme con ellos, en ese momento me sentía muy cansado así que ir a visitar el fuerte Amber no se me antojaba nada, y les pedí que si me podían llevar a algún lugar donde me pudieran dar un masaje, lo necesitaba y quería sentir como  era un masaje ayurvedico auténtico, me llevaron a un lugar que era spa y consultorio médico ayurvedico, el masaje fue de una duración de hora y media y se basaba en técnicas de frotación intensas no descontracturantes e incluía una técnica llamada Shirodara qué consiste en dejar caer un chorrito de aceite aromático en tu frente por unos veinte minutos, esto para alcanzar profundos estados de relajación, el masaje me costó unas $3000 rupias, algo caro, pero en realidad lo necesitaba y este tipo de cosas para mí siempre son una inversión, ya que aprendo nuevas técnicas sobre terapia manual, que puedo después yo aplicar.

Técnica Shirodara

Solo traía $2500 rupias, así que Sarafat me hizo favor de pagar mientras a mí me atendían, después se lo pagaría en su casa. El efecto del chorro de aceite en la frente, te brinda una sensación de frescura mental muy intensa al terminar, como echarle una halls a tu cerebro, salí bastante repuesto, pero decidido a ya no hacer el fuerte ese día, ya había gastado demasiado el día de hoy, cuando salí, le dije a Sarafat que ya no iba al fuerte y que prefería no hacer otra cosa el resto del día, puso cara de confusión y extrañeza y fue cuando me dijo que ya estaba esperándonos el rickshaw allá afuera y que había cancelado todas sus citas para estar conmigo el resto de la tarde 😒.

No me quedo otra que usar sus servicios, pero ya no era opción ir al fuerte, así que busque algo que hacer que no implicará pagar una entrada o hacer un gasto extra, y en mi mapa aparecía el templo de los monos, un lugar cercano a la ciudad y que parecía ser bastante lindo.

Sarafat no quiso llegar hasta el templo, que era una caminata de una hora ida y vuelta y solo lo vimos de lejos, eso me frustró en el momento, pero después agradecí porque ese día llegué muy muy cansado del tráfico y a la vez relajado y sin fuerzas del masaje, pero antes pasó algo que estuvo a punto de sacarme de mis casillas.

Sarafat me pidió que lo acompañara a una farmacia para que lo ayudará a comprar la medicina que le había recomendado para el problema de su madre, y justo a la hora de pagar me voltea a ver y me dice paga… No sé qué cara habré puesto en ese momento, pero pensé, ok el acaba de pagar 3000 rupias por mi masaje, tal vez no tenga dinero, cuando le pagué se los voy a descontar sin duda, llegue allá casa muy cabreado como dicen los españoles (llevaba tres semanas conviviendo con muchos españoles) por lo de la medicina y por el tráfico tan terrible que me tuve que chutar por más de una hora para llegar a la casa.

Me fui directamente a mi cuarto a descansar y más tarde subió Sarafat, fue cuando le pague lo del masaje, lo del primer taxi y le desconté lo de la medicina, se hizo un poco el sorprendido/ofendido ya que según esto el consideraba  que la medicina era un regalo para su madre de mi parte, no quise discutir por 250 rupias a las diez de la noche en un barrio de difícil acceso, lo único que quería era terminar de hacer mi maleta y salir temprano al siguiente día, así que se los regale, hicimos cuentas y como no tenía cambio quedo debiéndome 80 rupias.


Una noche de ansiedad.

Después de arreglar mi maleta, note que me faltaba mi manta, aunado a mi cansancio y molestia eso detono mi paranoia, varias cosas pasaron por mi mente, desde que los niños la pudieron haber tomado, hasta que me hubieran robado otras cosas y no me dejaran ir al siguiente día, después de un rato la encontré y trate de dormir, a la mañana siguiente estaba algo nervioso, había inventado que mi tren salía a las 10 de la mañana, desayunamos y nuestro chofer llego a las 9 para llevarme a la estación de trenes. Sarafat se subió al taxi conmigo, en el camino pensaba que tal vez tenía intenciones de llevarme hasta el tren, esperaba que no lo hiciera porque si no se descubriría mi mentira, cuando llegamos a la entrada de la estación, el costo del viaje fue de $130 rupias, le di solo $50 y le dije al chofer que Sarafat le pagaría el resto ya que me debía $80 rupias, sentí su mirada maldiciéndome, pero me baje del taxi y corrí a la libertad.