Saliendo del silencio.
Salí de ese retiro con una felicidad y motivación que nunca había experimentado en toda mi vida, empecé a trabajar en menos de una semana escribiendo artículos para una página de Internet de salud. Meses después me recomendaron como profesor en una universidad privada dando la materia de rehabilitación de mandíbula, cuello y espalda que es mi especialidad. Me fue muy bien en un negocio de bienes y raíces y gracias a esto pude tener el dinero para cumplir mi más grande sueño de conocer la India, pero también hubo rupturas y separaciones, algunas amables, otras difíciles, pero todas necesarias.
Lo caro de India es llegar ($900 dlls aprox. vuelo redondo México – Nueva Delhi) pero mochilear no requiere mucho dinero, pero si mucha paciencia, paciencia que adquirí en ese primer retiro, si nolo hubiera tomado, seguramente lo habría pasado muy mal, resultado de a las malas decisiones ocasionadas por una mente más ansiosa y desesperada. La India llego cuando ya estaba preparado para ella.
Fue un viaje espectacular, estuve dos meses recorriendo India y dos meses Tailandia, regresé a México de sorpresa justo el día de las madres. Mi familia me esperaba hasta junio, la cara de mi madre fue el mejor recibimiento que pude tener.
El regreso
El regreso a mi vida “normal” no fue tan difícil, al principio tenía muchas cosas por hacer y muchos pacientes esperándome, pero poco a poco caí en una ligera depresión. Extrañaba esa sensación del aquí y el ahora que me brindaba el viajar y en especial India. Anhelaba tener nuevamente dinero y regresar a esa tierra milenaria.
México me pesaba y el dinero no llegaba, pero en el fondo sabía que, aunque tuviera lo suficiente para viajar por el resto de mi vida, llegaría el momento en que me iba a cansar de hacerlo, ¿y luego qué?
Conozco a muchos viajeros que les ha sucedido esto. Cumplían su sueño de estar recorriendo el mundo de forma permanente y llegaban un punto que esto ya no los llenaba y entraban en crisis existencial.
Tomando decisiones.
Fue allí cuando decidí nuevamente sentarme 10 días a meditar, para pensar lo que tenía que hacer. Lo programé para finales del 2018, pero un compromiso familiar importante surgió y lo tuve que posponer para el mes de febrero del 2019, curiosamente ocurrió lo mismo que el retiro pasado, el dinero me volvió a tentar. Mi practica privada no me estaba dejando lo suficiente como para pagar mis deudas y dos semanas antes me ofrecieron un trabajo para vender equipos fisioterapéuticos, con un sueldo y prestaciones difíciles de rechazar aparte de viajar por todo el país, era una oferta tentadora.
Pero sabía que tarde o temprano iba a tener que sentarme a pensar sobre muchas cosas y hacia donde tenía que ir. Lo que si sabía era que mi paz era más importante que cualquier cantidad de dinero, eso es algo que no todos entienden en este mundo capitalista, aparte a nadie le urge un vendedor, el puesto seguiría allí cuando saliera, en esa u otra compañía.
Los resultados.
Han pasado casi tres meses desde que salí del retiro y aunque todavía no he podido liquidar mis deudas, finalmente logre resolver lo que nunca creí que podría hacer en mi vida, responderme preguntas como ¿por qué estoy aquí?,¿Cuál es mi misión en esta vida?, ¿existe algún ser superior?, cuando uno se responde esto, resuelves la más grande de tus ansiedades, la ansiedad existencial y eso no vale ni todo el oro del mundo, pero eso será tema de otros textos.
Ahora puedo ver que el dinero no te sirve de nada si no has desarrollado antes cosas como la paciencia, ecuanimidad y empatía, porque inevitablemente te llevara al desastre.