Zenderos

Sagrada Familia: La recepción Real Día 2


Esa mañana de lunes, desayunamos todos juntos en la terraza del hotel. El plan era hacer un recorrido por los manglares de la zona. Lo tomamos con uno de los dos colectivos que trabajan en el área, y nos empezaron a explicar que Ventanilla tiene una peculiaridad: su arena contiene magnetita, un mineral ferroso de color grisáceo. Este mineral es el mismo que se encuentra en los fotorreceptores de los órganos de los sentidos de las tortugas 🐢. Y cuando le pasas un imán a la arena, se generan fenómenos como el del siguiente video 🎥

Caminamos unos 500 metros para llegar al embarcadero, donde nos esperaba un espectáculo digno de un documental de National Geographic. Un cocodrilo enorme 🐊 de unos 4.5 metros de largo nos dio la bienvenida y mostró su habilidad para cazar al atrapar un ave 🐦 que estaba en la orilla y devorarla. En ese rato también se acercó una hembra de su harem. Según nos indicó el guía, ese cocodrilo era el segundo más grande del lugar, cuyo nombre no recuerdo en este momento, pero era algo así como “el príncipe del manglar” 👑.

El principe del Manglar

Recorrimos solo una pequeña fracción de este inmenso manglar, que abarca muchas hectáreas. Pudimos ver diferentes tipos de aves, iguanas, tortugas y peces 🦜🐊🐠. Nos sorprendió mucho cuando el cocodrilo más grande, que medía unos 5 metros y era conocido como “el Rey del Manglar”, apareció de repente. El guía nos comentó que era muy raro ver a los dos cocodrilos más grandes en el mismo paseo. Nos sentimos muy honrados por semejante privilegio 🐊✨.

El Rey del Manglar

En el camino de regreso a la comunidad, un cocodrilo de aproximadamente tres metros estaba muy cerca del camino, así que tuvimos que rodearlo un poco. Durante todo el tiempo que estuvimos allí, mantuvo la cabeza arriba como si hiciera una especie de guardia, despidiéndonos y agradeciendo nuestra visita a su reino 🐊🚶‍♂️.

Eran ya las 3 de la tarde y teníamos hambre, así que nos trasladamos a Mazunte para comer unos deliciosos mariscos y disfrutar de la playa el resto del día 🦐🏖️. Al atardecer, subimos a Punta Cometa, que para mí es uno de los mejores lugares para ver la puesta de sol 🌅. La primera vez que estuve allí en 2010, no pude evitar llorar ante tan bello espectáculo 😢.

Esa noche regresamos al hotel y allí estaba Daniel en la terraza. Nos pusimos a jugar UNO, y yo propuse que, para hacer el juego más interesante, el que perdiera con más puntos tendría que hacer un reto o decir una verdad. Y el que ganara decidiría la verdad o el reto. Yo gané y Daniel perdió 😄. Daniel escogió reto. Me tomé unos 5 o 10 minutos para pensar en algo que nos conectara más, pero que no se viera o sintiera demasiado directo. El reto consistió en que con su mano pasaría por la axila de cada uno y luego la olería 🤭. Empezó conmigo y me sorprendió que lo hizo sin ningún pudor o asco el pasar su mano por mi axila y luego por su cara. Tanto que Alma comentó: “Uy, allí hay amor” 😳. Eso me sonrojó un poco, pero lo que me llamó tambien la atención fue que, con la misma intensidad, lo hizo con todos los demás. ¿Por qué escogí ese reto? El olor es una forma muy primitiva de identificarnos desde nuestro lado más animal, y fue una forma de conectar, aunque en ese momento no lo pensé de esa manera; simplemente se me ocurrió 🤔.

Seguimos jugando y mi “radar gay” a veces me decía que Daniel podría ser gay, ya que mostraba un lado femenino muy evidente y, por otro lado, era muy masculino. De repente, clavaba su mirada en mí y buscaba tener contacto físico, y en otros momentos parecía como si no existiera. Las señales eran fuertes pero confusas, y en la conversación fue saliendo el tema de su historia. Tenía dos semanas de haber llegado como voluntario a Casa Xalli , y su decisión de comenzar a viajar como voluntario se debía principalmente a que, un mes antes, había terminado con su novia. Eso lo había afectado mucho, y decidió salir de la ciudad de Morelia para alejarse de la energía y los recuerdos del lugar y comenzar a sanar esa separación 💔.

En ese momento supe que era heterosexual (o bisexual o gay de closet) y aparte acababa de terminar una relación sentimental. Por lo tanto, esa ilusión que empezaba a crecer en mí, se desvaneció de manera brusca. Ya que independientemente de sus preferencias y la atracción que pudiéramos tener, era alguien que estaba sanando una herida de abandono. Mi consciencia en ese momento lo tomó de manera madura y tranquila, pero mi inconsciente no, y esa noche, al irme a dormir, me lo hizo saber…